TEXTOS | ||
por
Andy Lloyd
traducción de Adela Kaufmann
del
Sitio Web DarkStar1
Veamos más de cerca
de la antigua mitología egipcia relevante a la Teoría de la Estrella
Oscura y exploremos la mitología central a un entendimiento de aquella parte
sagrada del cielo, la Duat. Haciendo esto, se volverá claro porqué he propuesto
que esta área sagrada del cielo dominada por Sirio y Orión marca el paso de
perihelio de Nibiru.
Osiris está representado en los cielos por la constelación de Orión, y la diosa Isis está representada por la estrella Sirio. (1) Ya hemos vista la idea de que Horus, nacido de Isis representa a Nibiru, nacida en el cielo cerca de Sirio durante el tiempo de su ajuste y levantamiento helicoidal (DS6). Pero que hay del planeta Mercurio.
Este está claramente
identificado en la antigua mitología egipcia como una serpiente oscura o
invisible, así como un hombre pelirrojo:
Nada de lo que está
escrito arriba elimina una conexión entre Seth y Mercurio, pero la identidad
mitológica de Seth como una ‘estrella’ roja invisible relacionada con una
serpiente parece más en armonía con lo que sabemos sobre Nibiru. La otra
dificultad con la idea de que Seth era asociado con Mercurio es el aspecto solar
identificado con su adoración.
Mientras que discutía
los rituales mágicos de los egipcios, Seligmann describió esta espantosa
ceremonia dirigida a Seth:
Aquí tenemos a un
dios solar venerado por su poder y dominación, no obstante descrito como
invisible.
Mercurio está cerca
del Sol, y uno podría argumentar que este arrebato religioso pudo haber sido
dirigido al ‘invisible’ Mercurio del día. Pero, ¿porqué adorar a Mercurio en el
día? ¿Porqué no llevar a cabo la ceremonia en la oscuridad o el amanecer, cuando
Mercurio aparece como la estrella del atardecer o la estrella de la mañana?
No solo eso, sino el
concepto del terrible poder destructivo asociado con Seth parece estar en
desacuerdo con el perfil celestial bajo de Mercurio. Esto nos presenta un
dilema, y abarca la posibilidad que Seth haya sido asociado con el planeta
equivocado. Una identidad más poderosa es requerida. No es Venus, el otro
planeta que está asociado con el Sol.
¿Podrían estas
imágenes, de nuevo, estar aludiendo a una deidad solar invisible, la cual, a
veces, es ocultada detrás del sol?
La Dualidad Estoy proponiendo que Nibiru puede ser entendido como una mezcla de las deidades combatientes, Horus y Seth. Ellos representan una dualidad del bien y el mal, y los mitos que los rodean procuran explicar la naturaleza bizarra de la Estrella Oscura; a veces fiera, casi siempre invisible.
De esta manera,
Nibiru también era entendido, tanto como la fuerza para el bien – el dominio
celestial de los dioses – pero también representaba gran maldad potencial, cuyo
arribo en los cielos podría señalar la apocalíptica destrucción
venidera.
Seth es una serpiente negra, celestial, así como una deidad pelirroja que lucha al Sol. Esto encaja la noción de que Seth representa nuestra enana marrón en movimiento cometario: una estrella oscura con apariencia roja y halo, la cual desafía al Sol con su movimiento opuesto en los cielos.
La estrella oscura
está asociada con hacer el mal y la muerte de los dioses, manteniendo el papel
cataclísmico de Nibiru en el Enuma Elish.
También indica el
pavor con el cual la aparición de una enana marrón fue sostenida por los
antiguos. Sin embargo, la aparición de Nibiru
también era un tiempo de gran celebración, cuando Anu visitó la tierra en
una de sus ‘visitas de estado’ que hacían época. Uno esperaría que los mitos
rodeando la aparición de Nibiru reflejaran esta mezcla de terror y esperanzadora
expectativa en las poblaciones humanas del mundo prehistórico.
Horus nació de Isis, regresando a vengar la muerte de su padre en las manos de Seth. Horus parece estar asociado con la Estrella Mesiánica, apareciendo por Sirio.
La siguiente
representación poética de la aparición de Horus nos empuja en la dirección de un
objeto celestial apareciendo milagrosamente desde las profundidades del
espacio:
Sin embargo, Horus no
está en sí identificado con nuestro Sol, como muchos egiptólogos afirman, pero
es tanto un hijo estelar y solar de Isis, quien está representado por Sirio.
Los egiptólogos, una
vez más, han reducido todo al Sol, lo cual es su modo estándar de analizar la
antigua mitología egipcia. No obstante, si los egipcios estaban describiendo dos
‘Soles’, uno para el dador de vida, Ra. El otro, un ‘sol’ oscuro, escondido,
Horus, entonces los mitos comienzan a volverse más claros. Horus puede ser
identificado con un ‘sol’ que es nacido de Sirio, apareciendo periódicamente del
primordial profundo.
Su aparición es
trascendental, marcando el paso de una era.
Horus En la Isla de Fuego Horus es identificado con un trono ardiente por el mismo Ra, mientras se discute la venidera destrucción de la humanidad por el Diluvio: una clara representación celestial de la expresión ardiente de Nibiru:
El mito está
describiendo la Inundación, ocurriendo simultáneamente con la desaparición del
dios sol en la oscuridad primordial. Las consecuencias cataclísmicas del viaje
del dios-sol van más allá de la familiar aseveración de que estos mitos
describen la inundación anual del Nilo.
La discusión es más
bíblica en su contenido.
El dios sol se vuelve
invisible en los cielos, decreciendo en tamaño a una ‘pequeña serpiente’, y
finalmente ‘invisible a los dioses’. Esto parece indicar la salida de Nibiru
del Sistema Solar al final del catastrófico pasaje de perihelio que inundó
al mundo.
La representación de
Horus siendo colocado en la ‘isla de fuego’ es sugestiva a aquel otro mito
Egipcio, el Fénix, el cual también es identificable con la Estrella
Oscura.
Duat y el Reloj Estelar Los egiptólogos perciben la Duat como una trayectoria en forma de serpiente emprendida por el Disco Solar, Ra, al moverse a través del mundo subterráneo durante el tiempo nocturno. Se entiende estar dividido en divisiones de 12 horas, y cada ‘hora’ ve a Ra batallar con nuevos demonios de la oscuridad. El entra en la ‘cola de la poderosa serpiente, la cual es llamada ‘Vida Divina’.
Esta puerta final
está custodiada por Isis y Nepthys, y significa el Sol levantándose al amanecer
con Sirio (Isis). Pero hay un problema de escala con esta interpretación: Sirio
y Orión están prácticamente adyacentes uno al otro en los cielos. Así, si la
Duat estuviese describiendo la trayectoria celestial del Disco Solar a través de
las constelaciones bajo el horizonte por la noche, entonces deberían ser
segmentos adyacentes, ciertamente no en el 7º y 12º lugar.
Una respuesta parcial a este problema es encontrada en el concepto del ‘reloj estelar’ egipcio. Ellos dividieron el cielo en 36 secciones iguales, y nominaron una estrella en cada segmento a ser helicoidalmente un ‘decano’ que se levanta. Cada sección representaba un intervalo de diez días, o una semana egipcia.
Como lo describe
E. C. Krupp:
De particular interés
era el levantamiento helicoidal de Sirio, el decano asociado con el Solsticio de
Verano durante la Edad de las Pirámides. Esta noche más corta es aproximadamente
de seis horas modernas de longitud en Egipto.
El tiempo de noche
fue dividido en 12 intervalos, los cuales representaban el hecho de que
solamente 12 de los posibles 36 decanos podrían ser vistos esa noche. Así, en
este tiempo crucial del año, cuando la Duat fue ‘activada’, la hora egipcia
nocturna variable era de solamente ½ hora moderna de longitud. La Duat, según
esta manera de pensar, comprendía un tercio del Ciclo Solar total en el cielo,
en vez de medio. En contraste, algunos egiptólogos consideran a la Duat estar
activo durante todo el año.
Pero la hipótesis del
reloj estelar de alguna forma explica el número anómalo de divisiones entre
Sirio y Orión en la Duat. Diciendo esto, es aún difícil para el entendimiento
convencional de la Duat.
Problemas con la Duat ¿Porqué los egipcios escogieron decanos que se encuentran fuera de la eclíptica en absoluto? Un método más preciso seguramente habría involucrado escoger estrellas en el zodíaco para ser decanos. Hay estrellas perfectamente adecuadas en el eclíptica cerca de Sirio y Orión en la forma de Pollux, Castor y Alhena en Géminis; y Aldebarán y las Híades en Tauro! Los egiptólogos señalan el punto del levantamiento helíaco de sirio durante la Edad Piramidal siendo coincidente con el solsticio de verano y la inundación del Nilo. Pero esta coincidencia simbólica no necesariamente explica la antigua importancia adherida a Sirio. El cronometraje de la inundación del Nilo tendía a variar, y el levantamiento helicoidal no era necesariamente un fuerte indicador de la inundación del Nilo por llegar.
Pero hay un punto más
importante aquí: la mitología Isis/Osiris/Horus depredó considerablemente la
Edad de las Pirámides, y representó la más antigua mitología egipcia. Cuando uno
regresa en el tiempo, entonces la presesión de los equinoccios toma el
levantamiento helicoidal de sirio más lejos del solsticio, ocurriendo este más
temprano en el año al remontarse más allá en el tiempo.
Por ello, la fuente
más antigua de esta mitología no pudo haber surgido basada en el cronometraje de
la inundación del Nilo, o, de hecho en el Solsticio de Verano, porque estas
nociones religiosas pre-datan esta coincidencia de calendario.
Sirio yace bien al sur de la eclíptica, y su dominación de la Duat deberá indicar otro importante factor en juego aquí que simplemente parte de un reloj zodiacal del cielo. Lo mismo va para Orión. La mitología de la Duat implica el barco del Ra viajando a través de los varios decanos y encontrando los monstruos y deidades asociadas con cada uno.
Esto trae la
pregunta: ¿Cómo puede Ra, como la serpiente invisible, encuentra al Dios de los
Muertos, Osiris, si el Sol realmente no pasa a través de Orión?
Este es un problema
fundamental con la posición de la egiptología, y lanza su interpretación de la
naturaleza de la Duat en duda. Para encontrar a Osiris, nuestro viajero
celestial debe pasar a través de Orión, y por ello viajar fuera de la eclíptica.
Hasta ahora, ese punto ha sido incontestable, ya que todos los planetas visibles
viajan a lo largo de la eclíptica. Pero los textos babilónicos indican que un
cuerpo enteramente diferente pasó a través del Can Mayor y Orión en la forma de
Marduk, o Nibiru.
Mi controversia es
que Sirio marca la posición de perihelio de la Estrella Oscura, y que la opción
de decanos al sur de la elíptica indica la aparición del Disco Alado en la
Duat.
Viaje a Través de la Duat Si Sirio marca el punto final/renacimiento del viaje de la Estrella Oscura (Decano 12), y Orión es la marca intermedia (Decano 7), luego los egipcios estaban describiendo un movimiento muy diferente en los cielos.
Las divisiones
convencionales del amanecer encajan limpiamente con la aparición inicial de
Nibiru al acercarse a Sirio en su trayectoria de oposición al Sol:
Este punto de
renacimiento de la Estrella Oscura cerca de Sirio también marca el comienzo del
ciclo de la Duat, y el ardiente dios-sol es Horus, regresando a los cielos
después de su larga ausencia de eras. Supera una alta pared, la cual significa
la oscilación de Nibiru alrededor del Sol y cambia la dirección celestial, y
entra la puerta de la Duat en la 1era división.
La estrella roja,
Horus batalla contra la gran serpiente Apep desde ese punto en adelante, al
moverse a través de las próximas pocas divisiones, significando cómo la
brillante orbe roja pudo, de nuevo, ser hecha invisible por la Serpiente Seth en
cualquier momento. Pero lucha a través de una masa de monstruos voladores para
pasar cerca del Ahogante Estanque (significando el punto donde la Inundación fue
soltada a la Tierra en un previo Paso Nibiruano), y entonces entra Orión en la
7ª división.
En este punto de la
Duat, las almas de los muertos son juzgados por Osiris y sobreviene una gran
pelea con la serpiente, mostrando cómo Seth, la serpiente negra invisible,
comienza a superar a Horus y a establecerse a sí mismo como la identidad del
dios-sol. De la 10ª división hacia delante , los monstruos que el dios sol
encuentra toman un carácter más acuoso, mostrando cómo, de nuevo, se ha vuelto
sumergido en el profundo primordial y totalmente tomado el disfraz de
Seth.
Desde la perspectiva de un observador basado en la Tierra viendo la ardiente orbe de Nibiru al moverse éste a través del cielo nocturno, parece moverse a través de un arco, en la dirección opuesta al movimiento del Sol. Aparece débilmente cerca de Cáncer, y se abrillanta significativamente al moverse hacia Sirio. Este renacimiento por Sirio (Isis) denota su carácter como Horus, y muestra la victoria de Horus sobre la malvada oscuridad de la ‘puerta de la Duat’ de Seth. Este es el final de la décimo segunda división y el comienzo de la 1ª. Se va hacia Orión, descolorándose al hacerlo.
(Las memorias de la
Inundación son capturadas por los monumentos de Giza, y su vigilancia de edades
de longitud, denotando el punto celestial del viaje de Nibiru a través de Orión
cuando el mundo fue una vez destruido por el dios sol).
Desde allí, el orbe
rojo se descolora rápidamente al oscilar hacia Tauro y Aries. Finalmente se
pierde en la oscuridad, y se vuelve la serpiente oscura, Seth, una vez más.
Como una serpiente
mordiendo su cola, la trayectoria invisible de la estrella oscura eventualmente
conduce de nuevo de regreso a Isis, creando una alborada en el
cielo.
Horus Contra Ra Algunos pudieran discutir que, a pesar de la dificultades astronómicas que he citado, la evidencia permanece fuerte que la Duat fue simplemente la región del cielo a través de la cual se movía el Sol durante la noche.
Ellos basarán este
argumento sobre la predominancia del culto al dios sol Ra. Pero Ra no era Horus,
y hay fuerte evidencia de que estas dos deidades solares eran enteramente
entidades separadas. El problema ha sido la previa carencia de otro ‘sol’ para
señalar a cualquiera de los dos. Por supuesto que todo ha sido reducido a un
solo Sol. El culto de Ra surgió después del culto a Osiris/Isis/Horus. La
religión egipcia fue una conglomeración de diferentes panteones de deidades,
muchas de ellas importadas, y los egipcios eran reacios a desechar a los ‘viejos
dioses’ a favor de los nuevos.
Como tal, su
mitología creció moldeando a un dios sobre el otro, y esto es lo que
eventualmente sucedió con el dios sol Horus:
Este punto es
crucial. Horus fue representado por los antiguos egipcios de la misma manera que
Nibiru fue representado por los sumerios. Dado que la cultura sumeria pre-databa
al Egipto Dinástico, y que los egipcios estaban encariñados con importar ideas
religiosas extranjeras, es evidente que la aparición del Planeta Alado fue
adorada por los Egipcios como Horus.
Los egiptólogos están en un estado de negación acerca del origen estelar de los antiguos cultos, particularmente de Osiris e Isis. Esto es, sin embargo, fuerte evidencia a favor de esta interpretación dada a nosotros en los Textos Piramidales.
Pero la importación
de la religión del ‘Planeta Alado’ nos da un cuadro muy claro y simple de lo que
realmente se trataban estos cultos estelares. El culto al Sol absorbió al culto
de la estrella durante y después de la Cuarta Dinastía, de la misma manera que
la Cristiandad era tan adepta absorbiendo las religiones politeístas que
reemplazó, formando un panteón de santos para compensar a los dioses perdidos.
En el texto
egiptológico, tratando con esta absorción de la identidad de Horus en la
identidad de Ra, es claro que no eran una sola ni la misma, sino más bien dos
identidades solares separadas:
Aquí hay una clara
prueba que la identidad Horus no era aquella de Nibiru, y que se convirtió en un
Segundo sol en el cielo en las raras ocasiones del paso del perihelio del
Planeta Alado.
El asesinato de los
enemigos denota la derrota de aquellos que han cesado de creer en el mundo-hogar
celestial de los dioses. Horus tenía un número de diversos nombres, dependiendo
sobre el marco de tiempo y de la secta egipcia rindiéndole culto. Esto crea
dificultades de interpretación para los egiptólogos, pero el escenario dado
arriba los acomoda a todos con facilidad. Su identidad como Harmakhis era
aquella de ‘Horus de los Dos Horizontes’, representando la aparición de Nibiru a
un nivel diferente del cielo que aquel de Ra.
Los Textos de las Pirámides enfáticamente afirma que los
dioses nacen con ‘Horus del Este’:
Otras formas de Ra
ven a los egiptólogos agarrando identidades planetarias para Horus, a pesar de
su propia insistencia de que los egipcios no estaban para nada interesados en la
astronomía como una base para sus dioses:
Uno debe preguntarse
porqué los egipcios identificarían a Horus con tantos diversos planetas, así
como el Sol.
Si Seth es
verdaderamente Mercurio, ¿cómo puede Horus ser simultáneamente Júpiter,
Saturno, Marte y varios aspectos de la aparición del Sol? Esto es un completo
desorden.
Parece mucho más
probable que estos varios aspectos de Horus representen a un diferente viajero
en los cielos, identificando su ruta. ‘Horus de No Videntes’ es supuestamente
Nibiru viajando de regreso hacia el ‘profundo primordial’, mientras que Horus el
Toro es el disco alado al desaparecer en la constelación de Tauro.
(Interesantemente,
los toros eran una fuerte parte de las antiguas creencias religiosas, y las
referencias a ellos comiendo serpientes o anguilas en mitos es bastante común.
Esto alude a Nibiru, la serpiente oscura que desaparece, siendo consumido por
Tauro al partir este de nuestros cielos. Lo mismo va para Aries, cuando el dios
sol roza, al partir, esta constelación , y esto pudiera explicar el énfasis en
las colisiones en la antigua mitología egipcia.)
La referencia a Horus, el ‘revelador de secretos’, como Júpiter, se deriva del cielo raso más temprano conocido en la astronomía en la Tumba de Senmut, alrededor de 1473 AC E.C. Krupp identifica a Júpiter como ‘Horus Quien Ilumina las Dos Tierras’, una levemente diversa interpretación, pero la cual revela otro aspecto del paso de la Estrella Oscura (4)
Ambas Tierras podría
significar los gemelos zodiacales, Géminis, iluminados por la estrella al pasar
esta de largo, pero no a través de esta constelación.
O pudiera referirse a
su cara resplandeciente, brillando sobre las Dos Tierras de
Egipto.
Resumen Esta solución al significado de la Duat supera los problema enfrentados por la interpretación egiptológica estándar. El Duat describe el raro paso de la Estrella Oscura, y no el paso diario del Sol (el cual ni siquiera pasa a través del Can Mayor u Orión).
No es extraño,
entonces, que el dios sol se ‘venga’ a sí mismo durante este raro paso en los
mitos. En los milenios de intervención, las memorias de Nibiru no han
desaparecido del todo, como es claro en nuestra moderna edad. ¿Porqué creer en
lo que enteramente invisible? La diferencia ahora es nuestra tecnología, el uso
de la cual podría permitirnos redescubrir a la serpiente invisible cuando ésta
se mueve a través del profundo primordial de la Nebulosa de Oort.
Esta hipótesis. Esta hipótesis respecto al Duat y al paso de perihelio de Nibiru ha sido instrumental mostrando que Nibiru debería actualmente estar en la parte opuesta de la Esfera Celestial de Sirio/Orión. Esta es el área de Aquila y Serpens. Es donde Murray identifica la ubicación de su planeta gigante-enana marrón (DS2).
Pero aún no tenemos
una cuenta histórica del último paso de Nibiru, el cual llena el siguiente
criterio:
Nibiru en La Duat
Éstas fascinantes imágenes características en el libro de Andrew Collins ‘Los Dioses de Edén’, lo describen así:
Esta imagen contiene
mucha información simbólica pertinente a nuestra investigación.
La serpiente alada
cósmica parece estar viajando alrededor del perímetro de esta ‘isla en la Duat’.
La isla toma la forma
de una elíptica alargada, la forma orbital de Nibiru. La serpiente alada toma
mucho del simbolismo que hemos explorado por Seth y Horus; una serpiente oscura,
un dios con cabeza de halcón y un par de alas celestiales. Las tres cabezas de
la serpiente son reminiscentes de las tres cabezas del dragón alquímico Azoth.
La pieza más crucial de las imágenes, sin embargo, es la cruz en forma de Ankh,
conduciendo a la cabeza a mano derecha de la serpiente alada. Esto, he sugerido,
es el símbolo multifacético de la aparición de Nibiru.
Estas curiosas imágenes vinculan a Nibiru con la Quinta Hora de la Duat, y lo conectan con el ónfalo, montículo primordial y ‘benben’, todo central a la antigua iconografía egipcia. Zecaría Sitchin observa que la Quinta Hora es el lugar del dios oculto, Seker, que la real identidad del ‘benben’ de Collins es realmente el símbolo de escarabajo (Kheper), y la cabeza femenina en el montículo es aquella de una diosa (7). ¿Es ella Isis, representando a Sirio, debajo del escarabajo? (¿Cáncer?)
La Quinta Hora es
aquel que precede de inmediato al reino de Osiris (Orión), por lo que esta
posición en los cielos encajaría bien con esta suposición. Puesto que la Quinta
Hora es la parte ‘subterránea más profunda’ de los caminos secretos de Seker,
¿no nos estarán mostrando el punto del perihelio de Nibiru en las constelaciones
del sur?
Desde Cáncer, el
sendero escondido de Seker conduce a su punto más bajo en la Duat cerca de
Sirio, antes de regresar hacia Orión.
Referencias
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