SEGÓBRIGA

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sábado, 1 de junio de 2013

BUDISMO

 
 
 
 
 
 

Budismo

Aspectos fundamentales del budismo

Walpola Rahula
El año de 1956 marca los dos mil quinientos años del Parinirvāna del Buda y de acuerdo con una antigua tradición sostenida por millones de budistas conduciría a un período en que el Dhamma, el mensaje del Buda, se extendería a través del mundo, los gobiernos poco a poco se inclinarán hacia la justicia, y habría una incremento de la paz y la felicidad.
La profecía anterior puede que no sea más que una esperanza milenarista. Sin embargo, el Budismo tiene un mensaje muy importante para el mundo moderno. No es una fe en un dios imaginario o alguna deidad ante quien toda responsabilidad es entregada. Es fe en el ser humano. El Budismo da completa responsabilidad y dignidad al ser humano, y lo hace su propio maestro.
El Budismo es absolutamente humano. Entre todos los grandes maestros religiosos, Buda ha sido el único que no declara ser otra cosa que un ser humano. No reclamó ser un mensajero divino, y atribuyó su realización y logros al esfuerzo y la inteligencia humana.
Buda exhortaba a sus discípulos a ser refugio para sí mismos, y no buscar ayuda o refugio en algún otro lado. Enseñó, estimuló y alentó para que cada persona se desarrollara totalmente y trabajara su propia emancipación, pues a través de su propia inteligencia y esfuerzo, el ser humano posee el poder de liberarse a sí mismo de toda servidumbre. Buda dijo: "Ustedes deberán hacer el esfuerzo por sí mismos, pues los tathāgatas sólo señalan el camino."
Sería más apropiado en esta importante conmemoración (jayanti) de Buda, cuando se celebran dos mil quinientos años del Parinirvāna del Maestro, discutir algunas de sus enseñanzas esenciales, las cuales son unánimemente aceptadas por cientos de millones de sus seguidores en el mundo, en lugar de vagas generalizaciones. Debemos recordar, en primer lugar, que las enseñanzas de Buda constituyen una forma de vida que debe ser practicada y experimentada en la vida diaria, en nuestra vida social y política, aquí y ahora. Son un vasto y completo sistema de enseñanzas ético filosóficas y psicológicas basadas en un método altamente analítico y científico, el cual se dirige a los aspectos profundos de la vida humana. Son un camino que conduce, gradualmente, al ser humano a través de su propia disciplina y desarrollo moral, intelectual y espiritual, a la más alta comprensión de la verdad absoluta, la realización del Nirvāna.

Cuatro Nobles Verdades

Es difícil explicar este enorme sistema en unas pocas palabras. Pero si tomamos las Cuatro Nobles Verdades (cattāri ariyasaccāni), a saber:

-
dukkha
- samudaya
, el surgimiento u origen de dukkha
- nirodha, la cesación de dukkha
- magga, el camino que conduce a la cesación de dukkha,
podemos, entonces, discutir brevemente todas las enseñanzas fundamentales del Budismo.
La primera verdad dukkha-ariyasacca, es traducida por casi todos los estudiosos como la Noble Verdad del Sufrimiento, y se interpreta en el sentido de que la vida, de acuerdo con el Budismo, es sólo sufrimiento y dolor. Ambas, traducción e interpretación, son insatisfactorias y erróneas. Debido a ésto, mucha gente ha considerado al Budismo pesimista. El Budismo no es ni pesimista ni optimista, sino que tiene una visión realista de la vida y del mundo, y ve las cosas objetivamente. Dice con exactitud y objetividad (yatthābhūtam) lo que uno es, lo que es el mundo, y muestra el recto camino hacia la perfecta libertad, paz, tranquilidad y felicidad.
Un médico puede exagerar la gravedad de una enfermedad y con ello eliminar también la esperanza. Otro, por ignorancia, puede declarar que no existe enfermedad y que no es necesario un tratamiento, y de esta manera engañar al paciente con un falso consuelo. Uno puede considerar al primero pesimista y al segundo optimista. Ambas son actitudes erróneas. Pero un tercer médico diagnostica los síntomas correctamente, comprende la causa y la naturaleza de la enfermedad, ve con claridad que debe ser curada y con firmeza aplica el tratamiento que salva al paciente. El Buda es como este médico. Es el médico, científico y sabio que se requiere para curar la enfermedad del mundo.
Es cierto que la palabra pāli dukkha (sánscrito duhkha) significa comunmente ‘sufrimiento’, ‘dolor’ o ‘miseria’ en oposición a la palabra sukha que significa ‘felicidad’, ‘bienestar’ o ‘tranquilidad’. Sin embargo, como Primera Noble Verdad, el concepto dukkha tiene un significado filosófico y un sentido mucho mas amplio. El concepto dukkha en la Primera Noble Verdad incluye el significado ordinario de ‘sufrimiento’, pero también incluye ideas profundas como ‘imperfección’, ‘impermanencia’, ‘vacuidad’, ‘insubstancialidad’ y ‘conflicto’. Es difícil, por lo tanto, encontrar una palabra que abarque toda la idea del concepto dukkha de la Primera Noble Verdad, así que es mejor dejarla sin traducir en vez de dar una idea errónea al traducirla como sufrimiento y dolor.
El Budismo no rechaza la felicidad en la vida. Por el contrario, admite diferentes formas de felicidad, materiales y espirituales, tanto para laicos como para monjes. Pero, todas ellas están incluidas en dukkha. Están incluídos en dukkha aun los estados espirituales más puros de dhyāna (absorción) que se obtienen en la práctica más elevada de meditación y se encuentran libres de cualquier sombra de sufrimiento, en el sentido común de la palabra, por lo que pueden ser descritos como mera felicidad; así como también el estado de dhyāna que está libre de sensaciones, tanto placenteras (sukha) como desagradables (dukkha), y que es pura ecuanimidad y conciencia, - aun estos elevados estados espirituales estan incluidos en dukkha. No porque ellos sean sufrimiento o dolor, sino porque ellos también son condicionados (saṅkhāra), sujetos a cambio, impermanentes e insubstanciales.
La idea de dukkha puede verse desde tres aspectos: dukkha como sufrimiento ordinario o común (dukkha-dukkha); dukkha como cambio (viparināma-dukkha); y dukkha como estados condicionados (saṅkhara-dukkha) (Visuddhimagga (PTS), p. 499; Abhidarma-samuccaya, pp.36,38 (ed. Pradhan, Santiniketan, 1950).
Están incluidos en dukkha como sufrimiento ordinario (dukkha-dukkha) todo tipo de sufrimiento en la vida como el nacer, envejecer, enfermarse, morir, asociarse a condiciones desagradables, separarse de nuestros seres queridos y situaciones agradables, no conseguir lo que se desea, pena, lamento, intranquilidad y todo tipo de sufrimiento físico y mental universalmente aceptado como sufrimiento o dolor.
Un sentimiento de felicidad o una condición feliz en nuestra vida no es ni permanente ni eterna. Tarde o temprano cambiará, y cuando esto sucede, se produce un sentimiento y condición de infelicidad. Esta vicisitud se incluye en dukkha como cambio (viparināma-dukkha)

La Primera Noble Verdad y los Cinco agregados

El aspecto filosófico más importante de la Primera Noble Verdad se encuentra en la tercera forma de dukkha como estado condicionado (saṅkhāra-dukkha). Ésta requiere una explicación analítica de lo que es un ‘ser’, ‘individuo’, o ‘yo’. De acuerdo a la filosofía budista un ‘ser’, ‘individuo’, o ‘yo’ es sólo una combinación de energías físicas y mentales en constante cambio las cuales pueden dividirse en cinco agregados (pañcakkhandha). Buda afirma: "En resumen, estos cinco agregados del apego o adherencia son dukkha (saṅkhittena pañcupādānakkhandhā dukkhā). Es importante aclarar que dukkha y los cinco agregados no son dos cosas diferentes; los cinco agregados en sí mismos son dukkha. Esto se comprende mejor si tenemos una idea más clara acerca de los cinco agregados.
El primer agregado es el de la materia (rūpakkhanddha). En este concepto se incluyen los cuatro tradicionales grandes elementos (cattāri mahābhūtāni), es decir los elementos de solidez, fluidez, calor y movilidad, así como sus derivados (upādāya-rūpa). En el concepto de los ‘derivados de los cuatro elementos’ se incluyen los cinco órganos sensoriales materiales, es decir, las facultades del ojo, oído, nariz, lengua y cuerpo y sus objetos correspondientes en el mundo externo como la forma visible, sonido, olor, tacto e incluso algunos pensamientos o ideas, que son objetos de la mente. Así que todos los aspectos de la materia, interna y externa, están incluidos en el agregado de la materia.
El segundo agregado es el de las sensaciones (vedanākkhandha). En este grupo se incluyen todas las sensaciones agradables y desagradables, o las que no son ni agradables ni desagradables, y que se experimentan a través del contacto de los órganos sensoriales con el mundo externo. Estas son la sensaciones experimentadas a través del contacto del ojo con el objeto visible, el oído con los sonidos, la nariz con los olores, la lengua con el gusto, el cuerpo con los objetos tangibles y la mente (que es la sexta facultad en la filosofía budista) con los objetos mentales, pensamientos o ideas. Se incluyen en este grupo todas las sensaciones físicas y mentales.
El tercer agregado es el de la percepción (saññākkhandha). Las percepciones, al igual que las sensaciones, también se producen a través del contacto de las facultades con el mundo externo.
El cuarto agregado es el de las formaciones mentales (saṅkhārakkhandha). En este grupo se incluyen todas las actividades mentales volitivas, tanto buenas como malas, que producen efectos kámmicos, tales como atención (manasikāra), voluntad (chanda), determinación (adhimokkha), confianza (saddhā), concentración (samādhi), inteligencia o sabiduría (paññā), energía (viriya), deseo (rāga), repugnancia u odio (patigha), ignorancia (avijjā), vanidad (māna), idea de un yo (sakkāya-diṭṭhi), etc. Existen cincuenta y dos de tales actividades mentales que constituyen el agregado de formaciones mentales.
El quinto agregado de la consciencia (viññāṇakkhandha) es una reacción o respuesta que tiene como base una de las seis facultades (ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y mente) y como objeto un fenómeno externo. La conciencia visual, por ejemplo, tiene al ojo como su base y una forma visible como su objeto. De la misma manera acontece con la conciencia conectada con otras facultades.
Hemos visto, en forma resumida, los cinco agregados. Lo que denominamos un ‘ser’, ‘individuo’ o un ‘yo’ es sólo un nombre o una etiqueta que se da a esa combinación de cinco grupos. Todos ellos son impermanentes y constituyen un flujo momentáneo que surge y cesa. Un fenómeno desaparece y condiciona la aparición del siguiente en una serie interminable de causa y efecto. No hay substancialidad ni nada detrás de los mismos que pueda considerarse un ser (ātma) permanente, individualidad o algún ente que pueda ser llamado ‘yo’. Todos están de acuerdo en que ni la materia, sensación, percepción, alguna actividad mental, y la conciencia pueden realmente ser consideradas como un ‘yo’. Pero obtenemos la idea de que existe un ‘yo’cuando estos cinco agregados físicos y mentales, que son interdependientes, trabajan juntos y en combinación como un mecanismo psico-físiológico. Pero esto es sólo una falsa idea mental, que no es sino una de las cincuenta y dos funciones mentales del cuarto agregado que expuse con anterioridad. Esto es lo que constituye la idea de ser (sakkāya-diṭṭhi).
El conjunto de estos cinco agregados, que comunmente llamamos un ser, son en si mismos dukkha (saṅkhāradukkha). No existe ningún ser o ‘yo’ detrás de estos cinco agregados que experimente dukkha. No hay un autor inmóvil detrás del movimiento. Sólo existe el movimiento. En otras palabras, no existe pensador detrás del pensamiento. El pensamiento en sí es el pensador. Si se quita el pensamiento no hay pensador. No podemos evitar observar cómo el punto de vista budista es diametralmente opuesto a la idea del cogito cartesiano.
Lo anterior constituye la Noble Verdad de dukkha. Ésta no hace, en absoluto, la vida de un budista melancólica y sufrida como imaginan erróneamente algunas personas. Por el contrario, el verdadero budista es feliz y no sufre de miedo o angustia. Siempre está tranquilo y no se perturba o desalienta por cambios y desgracias, pues acepta las cosas tal como son. Buda nunca fue melancólico o sombrío, y sus contemporáneos siempre lo describieron como un hombre ‘siempre sonriente’ (mihitapubbaṅgama). Buda siempre es representado, en las pinturas y esculturas, con una faz feliz y serena, sin ningún rasgo de agonía o sufrimiento.
El Theragāthā yTherīgāthā, dos antiguos textos budistas , están llenos de felices y alegres expresiones de los discípulos de Buda, hombres y mujeres, que encontraron paz y felicidad en sus enseñanzas. El rey de Kosala comentó a Buda, en cierta ocasión, que a diferencia de muchos discípulos de otras religiones, cuya apariencia generalmente era demacrada, burda, pálida, emaciada y poco atractiva, los discípulos de Buda lucían ‘gozosos’, ‘regocijados’ (haṭṭhapahaṭṭha), jubilosos (udaggudagga), disfrutaban la vida religiosa (abhiratarūpa), satisfechos (pīṇitindriya), libres de ansiedad (appossukka), serenos (pannaloma), pacíficos (paradavutta) y vivían con mente de gacelas (migabhūtena cetasā), es decir, sin conflictos ni preocupaciones. El rey añadió que él consideraba que esta sana disposición se debía al hecho de que "estos venerables, ciertamente, habían comprendido el sentido completo y lo magnífico de las enseñanzas del Afortunado, etc." (Majjhima-Nikāya II (PTS), p. 121) El Budismo es, verdaderamente, opuesto a actitudes mentales melancólicas, tristes y sombrías las cuales son consideradas obstáculos para la comprensión de la Verdad. Por otra parte, es interesante recordar que el gozo (pīti) es una de las siete cualidades esenciales (bojjhaṅgas) que deben cultivarse para la realización de Nibbāna.
La Segunda Noble Verdad es el origen y surgimiento de dukkha (dukkha-samudaya-ariyasacca). Es apego, avidez y sed de deseos sensoriales (kāmataṇhā), de existencia y continuidad (bhavataṇhā), e incluso de aniquilación (vibhavataṇhā). Esta avidez, esta sed, la cual tiene la falsa idea de un ‘yo’ como su centro, es una fuerza enorme que impulsa la totalidad de la existencia. Todos estarían de acuerdo que esta avidez egoísta crea todos los males del mundo, desde los insignificantes problemas personales hasta las guerras mundiales. Pero no es fácil comprender que este deseo, basado en la falsa creencia en un ‘yo’, es la causa de toda la existencia y la continuidad del ser.
La Tercera Noble Verdad es que hay una cesación de dukkha (dukkhaniroddha-ariyasacca), la cual, generalmente, se conoce como Nibbāna (sánscrito Nirvāna). Para eliminar completamente dukkha, se tiene que eliminar la raíz de dukkha, que es la avidez. Por lo tanto, Nibbāna también es conocido con el término de ‘Extinción del deseo’ (Taṇhakkhaya). Algunas veces Nibbāna es llamado la Verdad Última o Realidad Última. Buda dijo: "Oh bhikkhus, Nibbāna que es la realidad, es la Noble Verdad Última" (Ibid., III, p. 245). En otro lugar él dice: "Oh bhikkhus, Yo les enseñaré la Verdad y el camino que conduce a la Verdad" (Samyuttanikāya IV (PTS), p. 369). Aquí Verdad significa Nibbāna.

La Tercera Noble Verdad y Nibbana

¿Qué es, entonces, Nibbāna? La única respuesta lógica a esta pregunta muy natural, es que no existen palabras adecuadas y satisfactorias para responder, pues la pobreza del lenguaje humano no permite explicar con precisión la naturaleza real de la verdad absoluta o realidad última que es Nibbāna. Un grupo humano crea un lenguaje para expresar hechos e ideas experimentadas por sus sentidos y mente. No pertenece a esta categoría una experiencia supramundana como la de la Verdad Absoluta. Por lo tanto, no pueden existir palabras para expresar dicha experiencia. Las palabras son símbolos que representan cosas e ideas y dichos símbolos ni siquiera pueden transmitir la verdadera naturaleza de las cosas más comunes. El lenguaje se considera engañoso y erróneo en los asuntos que conciernen la comprensión de la Verdad. Es por ello que el Laṅkāvatāra-sūtra señala que la gente ignorante se atasca en las palabras como un elefante en el fango (Laṅkāvatāra- sūtra (de. Nanjio, Kyoto 1923), p.113). Esta es la razón por la cual en ciertas sectas budistas , como el zen, encontramos el uso de afirmaciones paradójicas y aun extravagantes cuyo propósito es alejar a la persona del apego a las palabras.
No obstante, no podemos prescindir del uso del lenguaje. Pero si explicamos y expresamos a Nibbāna en términos positivos podemos aprehender de inmediato una idea asociada con dichos conceptos, que, ciertamente, puede significar lo opuesto. Es por ello que, generalmente, se explica o expresa en términos negativos. Esto puede ser menos arriesgado. Por lo tanto, se usan términos negativos como taṇhākkhaya ‘extinción de la avidez o deseo’, Virāgā ‘ausencia de deseo’, Nirodha ‘cesación’, Nibbāna ‘apagarse’ o ‘extinguirse’. Incluso es expresado como ‘extinción del deseo, el odio y la ignorancia’ (Samyutta-nikāya IV (PTS), p.359).
Refiriéndose a este estado Buda dice:
"¡Oh bhikkhus, hay un estado de no-nacido, no-producido, incondicionado y no-agregado. Pues si no existiera lo no-nacido, no-producido, incondicionado y no-agregado, no habría escape para lo nacido, producido, condicionado y agregado. Pero puesto que existe lo no-nacido, no-producido, incondicionado y no-agregado hay liberación para lo nacido, producido, condicionado y agregado"
(Udāna, p. 129, Colombo 1929).
"Aquí no tienen lugar los cuatro elementos de solidez, fluidez, calor y movilidad; están completamente destruídas las nociones de largo y ancho, sutil y grosero, bueno y malo, nombre y forma; tampoco se encuentran este mundo ni el otro, ni venir, ir o pararse, ni morir o nacer, u objetos sensoriales"
(Digha-n I, p. 172, Colombo 1929; Udāna, p. 129, Colombo 1929).
Debido a esta forma negativa de expresar Nibbāna muchos han concluido erróneamente que significa un aniquilamiento negativo, una reducción a la nada. Un concepto negativo no necesariamente indica un estado negativo. Algunas veces conceptos negativos representan las más altas concepciones y valores positivos. Por ejemplo, la palabra inmortalidad (Amata), que también es un sinónimo de Nibbāna, es negativa pero representa un estado positivo. La palabra pāli o sánscrita para salud ārogya es un concepto negativo que literalmente significa ‘ausencia de enfermedad’. Pero, ciertamente, ārogya ‘salud’ no denota un estado negativo. La negación de valores negativos no indica un estado negativo. Por el contrario, puede indicar un estado positivo puro que no puede ser expresado en forma adecuada en términos positivos, como es el caso de los conceptos de ‘inmortalidad’ y ‘ārogya’.
De este tipo o clase son los términos negativos que se usan para indicar el estado de realidad última que es Nibbāna. Uno de los más conocidos sinónimos para expresar Nibbāna es ‘Libertad’ (mutti, sánscrito mukti). Nadie osaría decir que la libertad es algo negativo. Pero aun la libertad tiene un lado negativo, pues ésta siempre significa liberarse de algo que obstruye, que es malo y negativo. Sin embargo, la libertad no es negativa. Así también es Nibbāna, liberación absoluta (vimutti), libertad de todo mal, avidez, odio e ignorancia; libertad de todas las condiciones de relatividad, tiempo y espacio.
Nibbāna está más allá de la lógica y el razonamiento (atakkāvacara). Por mucho que, en inútil pasatiempo intelectual, nos enfrasquemos en discusiones altamente especulativas sobre Nibbāna o la Verdad o Realidad Ültima, nunca lo comprenderemos de esta manera. Un niño en sus primeros años de escuela no debería batallar discutiendo acerca de la teoría de la relatividad. Pero si continúa estudiando paciente y diligentemente, un día la comprenderá. El Nibbāna es ‘para ser comprendido por los sabios dentro de ellos mismos’ (paccattam veditabbo viññūhi). Algún día lo comprenderemos, sin requerir palabras misteriosas, altisonantes o grandiosas, si seguimos el sendero diligentemente, entrenándonos y purificándonos con entusiasmo, y alcanzando el desarrollo espiritual necesario.

La Cuarta Noble Verdad es el sendero que conduce a la cesación de dukkha (dukkhanirodhagāminīpaṭipadā-ariyasacca). Esta también se conoce como el ‘Camino medio’ (Majjhimā patipada), porque evita los dos extremos: uno es la búsqueda de la felicidad a través del afecto y apego a los placeres de los sentidos el cual es bajo, común, sin provecho y es el camino de la gente ordinaria; el otro es la dedicación a la automortificación en sus diferentes formas de ascetismo, la cual es dolorosa, sin valor y sin provecho. Evitando estos dos extremos Buda descubrió el Camino medio, ‘el cual da visión, conocimiento y conduce a la tranquilidad, visión penetrante, iluminación, Nibbāna’.

La Cuarta Noble Verdad y el Óctuple Sendero

Este Camino medio, generalmente, se considera como el Noble Óctuple Sendero (Ariya-Atthaṇgikamagga), por que se compone de ocho elementos, a saber: Recto Entendimiento (sammādiṭṭhi); Recto Pensamiento, (sammāsaṅkappa); Recto Lenguaje (sammāvācā); Recta Acción (sammākammanta); Recto Medios de Vida (sammāājīva); Recto Esfuerzo (sammāvāyāma); Recta Atención (sammāsati); Recta Concentración (sammāsamādhi).
En lugar de definir estos ocho elementos uno después de otro, será mucho más útil para una comprensión correcta de este camino, si se explican de acuerdo con las tres ideas del entrenamiento y disciplina budista (tisikkhā): conducta ética (sīla); disciplina mental (samādhi); y sabiduría (paññā).
Subyace a la conducta ética la amplia concepción de amor y compasión por todos lo seres vivientes, que sirve de base a la enseñanza de Buda. Es un lamentable y grave error que muchos estudiosos olvidan este gran ideal de la enseñanza de Buda, y sólo discuten árida filosofía y metafísica cuando escriben y hablan sobre Budismo. Buda ofreció su enseñanza "partiendo de su compasión por el mundo, para el bienestar y felicidad de la mayoría" (bahujanahitāya bahujanasukhāya lokānukampāya).
Para que un ser humano sea perfecto, de acuerdo al Budismo, debe desarrollar igualmente dos cualidades: compasión (karuṇā) y sabiduría (paññā). Aquí compasión significa amor, amabilidad, tolerancia, es decir, nobles cualidades del área afectiva y del corazón, mientras que la sabiduría representa el aspecto intelectual o cualidades del cerebro. Si desarrolla el aspecto emocional sin cuidar el intelectual puede llegar a ser un tonto bien intencionado, mientras que si desarrolla sólo el aspecto intelectual sin cuidar el emocional, puede llegar a ser un intelectual de corazón duro, sin sentimientos hacia los demás. Por lo tanto para ser perfecto debe desarrollar ambos aspectos igualmente bien. Esta es la meta de la forma de vida budista. Por esta razón un buen budista, al mismo tiempo que entiende las cosas tal como son con inteligencia y sabiaduría, está lleno de amor y compasión hacia todos los seres sintientes. De hecho, la compasión y la sabiduría están íntimamente ligadas a la forma budista de vida.
Así que en la idea de conducta ética (sīla) basada en el amor y la compasión, tal y como acabamos de explicar, se incluyen tres factores del Noble Óctuple Sendero, es decir: Recto Lenguaje, Recta Acción y Recto Medios de Vida.
Recto Lenguaje significa hablar sólo la verdad y no mentir, decir sólo palabras que promuevan amor, amistad, unidad y armonía entre los individuos y los grupos de personas y no decir cosas que promuevan odio, enemistad, desunión y discordia entre las personas. Debe usar palabras agradables y amables y nunca palabras rudas, descorteces e insultantes que puedan causar dolor. Sólo debe usar palabras útiles, provechosas y significativas y no invertir el tiempo en palabrería vana y frívola.
Recta Acción significa, a la vez, que uno se abstiene de destruir seres vivos, robar y relaciones sexuales incorrectas, y que debe ayudar a otros a llevar una vida recta y feliz.
Recto Medio de Vida significa que uno debe abstenerse del ejercicio de oficios y profesiones que producen daño a otros, tales como el comercio de armas, bebidas intoxicantes, venenos, matar animales, fraudes, etc., y debe vivir de profesiones u oficios que no producen daño. Es muy claro que el Budismo está en contra de la guerra, pues rechaza el comercio de armas como un medio de vida malvado e injusto.
Estos tres elementos (Recto Lenguaje, Recta Acción y Recto Medios de Vida) del Noble Óctuple Sendero constituyen la conducta ética sin la cual no es posible desarrollar una vida espiritual superior. Debemos comprender que la conducta moral budista es una vida feliz y armoniosa, tanto individual como socialmente.
Luego sigue la disciplina mental en la cual se incluyen los tres otros factores del Sendero Óctuple: Recto Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración.
El Recto Esfuerzo es la enérgica voluntad para evitar el mal y los rasgos insanos aún no presentes; para liberarse del mal y rasgos insanos presentes; para producir que surjan rasgos sanos aún no presentes; y para desarrollar, aumentar, y perfeccionar rasgos sanos, los cuales están presentes.
La Recta Atención (o consciencia) es estar consciente y atento al cuerpo (kāya), sensaciones (vedāna), mente (citta), ideas u objetos mentales (dhamma). Uno de los ejercicios muy conocidos para el desarrollo mental, conectado al cuerpo, es la práctica de la atención en la respiración (ānāpānasati). Existen otras formas para el desarrollo de la atención relacionadas con el cuerpo. En cuanto a las sensaciones se debe estar muy conciente de todas las formas de sansaciones que surgen y cesan. En cuanto a la mente se debe estar conciente si hay o no lujuria, está llena o no de odio, confundida o no, distraída o concentrada, etc. Esta es la manera de estar conciente de los movimientos de la mente, su surgir y cesar. En cuanto a las ideas y objetos mentales se debe conocer su naturaleza, cómo surgen y cesan, desarrollan, reprimen y destruyen, etc. En el Satipaṭṭihāna-sutta se atienden en detalle estas cuatro formas de meditación.
La Recta Concentración que conduce a las cuatro dhyānas (absorción, recueillements ) es el tercer y último factor de la disciplina mental. En el primer estado de dhyāna, se descartan las pasiones y los pensamientos impuros, conservándose sensaciones de gozo y fdelicidad conjuntamente con ciertas actividades mentales. En la segunda dhyāna se suprimen todas las actividades intelectuales, se desarrolla tranquilidad y una mente concentrada, manteniéndose las sensaciones de gozo y felicidad. En el tercer estado, las sensaciones de gozo también desaparecen mientras que la felicidad aún se conserva, además de atención ecuánime. En la cuarta dhyāna, son suprimidas todas las sensaciones de felicidad e infelicidad, gozo y dolor, quedando sólo pura ecuanimidad y atención completa.
Así que la mente es entrenada y disciplinada mediante Recto Esfuerzo, Recta Atención y Recta Concentración. Constituyen sabiduría (paññā) los dos restantes factores: Recto Pensamiento y Recto Entendimiento.
El Recto Pensamiento (sammāsaṅkappa) se refiere a pensamientos de renunciación desinteresada o desapego, amor por todos los seres y no violencia. Observamos que los pensamientos de desapego desinteresado, amor y no violencia están agrupados en el rubro de sabiduría, lo cual demuestra que la verdadera sabiduría budista está dotada de estas nobles carácterísticas, y que todo pensamiento de apego egoista, mala voluntad, odio, y crueldad son producto de la ausencia de sabiduría en todas las esferas de la vida, ya sea individual, social o política.
El Recto Entendimiento es comprender las cosas como son, y las Cuatro Nobles Verdades explican las cosas como realmente son. Por lo tano, el Recto Entendimiento se reduce, en última instancia, a comprender las Cuatro Nobles Verdades. Este entendimiento es la sabiduría superior que ve la Realidad Última. De acuerdo al Budismo existen dos clases de entendimiento. Al que generalmente llamamos entendimiento es el conocimiento, memoria, o comprensión intelectual de acuerdo a cierta información dada. Esto se llama ‘conocer condicionadamente o conocer en la forma correspondiente’ (anubodha). Este no es un conocimiento muy profundo. El entendimeinto verdaderamente profundo se conoce como ‘penetrante’ (pativedha). Esta penetración sólo es posible cuando la mente está libre de todas las impurezas y completmente desarrollada mediante la meditación.
Esto es, en forma breve, lo esencial de los fundamentos de la filosofía y forma de vida budista, la base de una gran cultura universal.



EXCELENTE VIDEO SOBRE EL ORIGEN DEL BUDISMO.

 

 
 
SHIDARTA GAUTAMA
 
 
  • Buenos Aires
    1999
    Hacia el año 560 a.n.e, nació en Kapilavasthu (en la antigua India, hoy Nepal) Siddhartha Gautama, príncipe heredero del clan de los Shakyas, de donde derivaría su apelativo Shakyamuni (sabio de los Shakyas). Tras haber llevado una vida llena de lujos y placeres, privado del contacto con las cosas tristes de la vida, se encontró en tres paseos sucesivos por los límites de los jardines reales, con escenas por él desconocidas hasta entonces, las que repercutieron profundamente en su interior: un anciano, un enfermo débil y delgado y un muerto llevado por sus parientes. Sabiendo que su linaje no lo aislaba de esos infortunios (vejez, enfermedad, muerte), se dio cuenta de la inutilidad de gastar la vida en lujos y placeres y deseó encontrar un medio para liberarse de tales tribulaciones, tanto por él como por su familia y por el pueblo al que algún día se suponía él llegaría a gobernar. La imagen de un asceta –quien llevando una vida de renuncia a las cosas materiales y dominando sus pasiones, vaga en búsqueda de la verdad– le sirvió de inspiración; y así abandonó sus riquezas y su futuro trono y partió en busca del remedio para la enfermedad, la vejez y la muerte.
    Durante seis años aprendió las enseñanzas de los grandes maestros espirituales de la época y siguió prácticas extremas de automortificación. Al darse cuenta de que eso no lo llevaba a encontrar las respuestas ni a liberarse del sufrimiento, abandonó las prácticas extremas, y sentado bajo una higuera oriental, meditó hasta lograr la suprema sabiduría trascendente, viendo pasar ante sí las imágenes de sus anteriores existencias, a los seres cometiendo actos y recibiendo los efectos de sus acciones; naciendo, creciendo, envejeciendo y muriendo una y otra vez en las distintas vías de existencia, arrastrados por la fuerza de sus actos, sus deseos, su ignorancia, sus pasiones. Contando con treinta y cinco años de edad, tras un esfuerzo intelectual intenso y doloroso, se convirtió en un Buda, es decir, en un Despierto, un Iluminado.
    Movido por su compasión y viendo que aunque era difícil comprender la verdad que acababa de descubrir, había algunos seres cuyos ojos estaban cubiertos solamente por un suave velo de ignorancia, decidió permanecer en el mundo para tratar de ayudar a que los seres despierten y salgan del samsara (rueda de nacimientos y muertes sucesivas).
    Durante los siguientes cuarenta y cinco años difundió sus enseñanzas, exponiendo las leyes que descubrió, adecuando sus palabras según su auditorio, dejando un excelente ejemplo y una gran guía para la humanidad, lo que sirvió de base para lo que hoy conocemos con el nombre de Budismo (Buddhadharma: la enseñanza de Buda).
    Tres Tesoros (o Joyas. En chino: san pao)
    Buda: (chino: fo) "Buda" literalmente significa "el que está despierto (o iluminado)". Un Buda es aquél que despertó a la Verdad; logró el Supremo, Perfecto y Completo Despertar. La Naturaleza de Buda es inherente a todos los seres vivientes, desde los insectos de la escala inferior hasta los dioses más elevados. Debido a nuestra forma de pensar confusa estamos como en un sueño, por eso todos los fenómenos internos y externos que experimentamos son irreales.
    Cuando nuestro pensamiento confuso cese, despertaremos de nuestro sueño y percibiremos nuestra verdadera naturaleza. En ese momento nadie nos podrá decir que estábamos durmiendo, porque lo sabremos a través de nuestra propia experiencia. Cuando despertemos no habremos perdido nada, pues todo a lo que nos apegábamos era falso; tampoco ganaremos nada, pues nuestra naturaleza pura y brillante, inherente a cada uno de nosotros, nunca habrá sido perdida, simplemente olvidada.
    Porque todos los seres tienen la naturaleza de Buda, el Budismo no excluye a ninguno.
    Dharma: (chino: fa) Las leyes que gobiernan el Universo, descubiertas y proclamadas por Buda; éstas no han sido dictadas por un creador; son inalterables y válidas por sí mismas. Existen desde un tiempo sin comienzo. También se conoce como Dharma a la Enseñanza de Buda.
    "Envío el Dharma al mundo entero en forma de lluvia. Este Dharma que tiene un solo sabor, será cultivado de acuerdo a las habilidades de cada uno, así como en los bosques las hierbas y los árboles utilizan el agua de lluvia para su crecimiento de acuerdo a su tamaño. El Dharma de todos los Budas es siempre de un solo sabor, produce la perfección en el mundo. A través de su práctica gradual todos alcanzarán los frutos del Camino".
    (Sutra del loto)
    Estudiando las Escrituras Budistas (Sutras) aprendemos el Dharma. El Dharma incluye todos los métodos de práctica enseñados por el Buda, provocando nuestro despertar y la percepción de nuestra verdadera naturaleza. Ellos son los medios para un fin y no el fin en sí mismo. La mente de los seres vivientes es diferente y así también es el Dharma requerido para transformarlos. Por eso decimos que las miles de puertas del Dharma son como las variadas medicinas que curan las enfermedades de los seres vivientes. El mejor Dharma para un ser, es aquél apropiado a su naturaleza y circunstancias. Ninguno es mejor o peor que otro.
    "Él hace girar la maravillosa e inconcebible Rueda del Dharma y así hace conocer la conducta correspondiente al Camino de la Iluminación (despertar), el cual destruye para siempre los sufrimientos de todos los seres".
    (Sutra de la guirnalda de flores)
    Sangha: (chino: sheng) La comunidad de aquellos que siguen la Enseñanza de Buda. Sus discípulos. Este término se refiere en general a la comunidad de monjes (bhikshus y bhikshunis).
    "Aquellos que han dejado la vida de hogar convirtiéndose en Shramanas, cortaron el deseo, renuncian al amor y reconocieron el origen de sus mentes. Comprendieron los profundos principios de Buda y despertaron al Dharma incondicionado. Interiormente no tienen nada que alcanzar y no buscan nada externamente".
    (Sutra en cuarenta y dos secciones)
    El significado literal de la palabra Sangha es "la asamblea unida armoniosamente.". Hay dos clases de Sangha:
    La asamblea de Bhikshus: son los hombres y mujeres que han abandonado la vida de hogar y han recibido la ordenación completa; en la cual hacen votos de obedecer el código moral de 250 preceptos para Bhikshus (monjes) y 348 para Bhikshunis (monjas). La esencia de ese código moral incluye votos de pobreza, vida célibe y práctica de no dañar a ningún ser viviente.
    La asamblea de seres santos: Incluye a todos los Arahats (aquellos que por su propio esfuerzo han alcanzado la Liberación para sí) y Bodhisattvas (seres que por el ejercicio de las virtudes perfectas aspiran a la budeidad, pero renuncian al Nirvana completo hasta que todos los demás seres hayan sido liberados).
    Hinayana: o Pequeño vehículo. También llamado Budismo del Sur. Vehículo donde se procura ante todo la salvación personal. Su ideal es el del Arahat.
      Los Arahats son aquellos que se liberan por medio de las Cuatro Nobles Verdades.
    Su Iluminación no es total ni completa y tampoco pueden transmitir la Iluminación a otros seres como lo hacen los Bodhisattvas.
    El término Hinayana es considerado por muchos inadecuado, debido a que es considerado despectivo, por lo cual muchos se refieren a éste como Theravada (doctrina de los antiguos). En realidad es una de unas 18 escuelas que se habrían desarrollado del Sangha original y que se mantiene viva en la actualidad. Según sus adherentes, el Theravada representa la doctrina pura original.
    Mahayana: Gran vehículo. También llamado Budismo del Norte. Vehículo de salvación universal. Su ideal es el del Bodhisattva. Bodhi significa "despertar (o iluminación)" y sattva significa "Ser".
    Un Bodhisattva es un ser Iluminado entre los seres vivientes y también aquél que ayuda a los otros a lograr la Iluminación. Practica las seis perfecciones (seis paramitas) –del dar, de la moralidad, de la paciencia, del vigor, de la concentración y de la sabiduría–, y miles de prácticas virtuosas, pero renuncia al Nirvana completo hasta que todos los demás seres hayan sido liberados.
    La esencia de la búsqueda de la Iluminación del Bodhisattva es su corazón compasivo por todos los seres vivientes.
    Ch’an (chino) - Zen (japonés): Dhyana (sánscrito), contemplación/meditación, absorción contemplativa de la mente concentrada. Se caracteriza por la acentuación en la práctica de la simpleza y de la meditación, con independencia de las escrituras. El culto y la liturgia se reducen a un mínimo, concentrándose en la meditación. Encauzamiento hacia la visión directa de la realidad, y la budeidad. Escuela del súbito despertar. Fue llevado a China por Bodhidharma hacia el año 520 n.e. Maduró entre los siglos IX y X.
    Vajrayana: Vehículo del diamante (vajra) o tantrismo búdico (constituido en siglo I n. e.). Norte de la India, Asia central, Tibet, China y Japón. Doctrinas de tradición esotérica que contienen elementos del yoga y de religiones autóctonas de la India unidos a concepciones budistas Mahayana. Incluye rituales de contenidos sexuales provenientes del nordeste de la India, evidentes especialmente en la iconografía. Es importante la iniciación o transmisión por parte de un maestro autorizado en meditación y el cumplimiento de las obligacionesderivadas de dicho compromiso. Recitación de mantras, empleo de mudras (gestos simbólicos) y mándalas (representaciones simbólicas de fuerzas cósmicas, soportes de visualizaciones y auxiliares para meditación).
    Lamaismo: Referencia occidental al Budismo del Tibet y países colindantes, fusión de antiguas reglas monásticas de la Escuela Sarvastivada, con métodos rituales del Vajrayana. Sus fundamentos datan del siglo VIII n.e.
    Tierra Pura: Escuela de la Tierra Pura del Buda Amitabha (Amito Fo en chino, Amida Butsu en japonés). Básicamente se repite el nombre del Buda Amita y se fortalece el deseo de renacer en la Tierra Pura de Suprema Felicidad de Occidente, en la cual se puede renacer gracias al poder salvífico de los cuarenta y ocho votos de este Buda. Mientras se está allí, el karma de los seres permanece momentáneamente latente y se tiene la oportunidad de realizar diversas prácticas muy meritorias y aprender las enseñanzas del Buda Amithaba, en un ambiente lleno de belleza que ayuda a la práctica, cuyos elementos (creados por el Buda), como ser la música emitida por árboles enjoyados o el canto de los pájaros, también difunden el Dharma (o enseñanza del Buda). De esta forma, el progreso espiritual es constante y sin retroceso, lejos de las corrupciones y los apegos.
    Tres Canastas –Tripitaka– El canon que contiene los textos sagrados del Budismo
    –Vinaya pitaka: Canasta de las reglas monásticas.
    –Sutrapitaka: Canasta de los Sutras (sermones del Buda). Exposición de la Doctrina.
    –Abhidharma pitaka: Canasta de la Doctrina superior. Sistematización y profundización de la doctrina de los Sutras.
    3. Conceptos básicos:Sufrimiento, insatisfacción, dolor – duhkha. Son características que marcan nuestras vidas, debido a nuestra ignorancia de las verdades más profundas. Las mismas condiciones o sensaciones agradables (las cuales son impermanentes), engendran también sufrimiento e insatisfacción cuando llegan a su fin.
    Sufrimos con: el nacimiento, con la enfermedad, con la vejez, con la muerte; al separarnos de lo que amamos, al estar unidos a lo que nos desagrada, al no conseguir lo que queremos.
    La raíz del sufrimiento es la avidez –trishna (pali, tanha), la sed egoísta de ser, de existir, de poseer; el deseo y el apego a aquello que deseamos: los placeres de los sentidos, la riqueza, la fama, el poder, los ideales, las opiniones, etc.
    Al extinguir el deseo egoísta, que es la raíz del sufrimiento, logramos la cesación del sufrimiento, es decir: el Nirvana. El Nirvana es la Realidad Última, una experiencia trascendente que está más allá de las palabras y puede ser experimentada en vida.
    El camino que nos conduce a la cesación del sufrimiento es el Camino del Medio, aquél que se halla entre los extremos, sin inclinarse hacia ninguno de ellos: el de buscar los placeres de los sentidos y el de la automortificación. El Camino del Medio está indicado en el Noble Óctuple Sendero. El Noble Óctuple Sendero es la cuarta de las Cuatro Nobles Verdades advertidas por el Buda en el momento de su Iluminación.
    1. El sufrimiento (sufrimiento, insatisfacción, incertidumbre, dolor) es inherente a la vida.
    2. El origen del sufrimiento está en los deseos que provienen del ego.
    3. El sufrimiento puede ser extinguido (Nirvana) extinguiendo su causa.
    4. Para extinguir el sufrimiento debemos seguir el Noble Óctuple Sendero.
    5. Noble Óctuple Sendero
    Éste consiste de ocho factores que debemos desarrollar según nuestra capacidad y ritmo. Su finalidad es el desarrollo y el perfeccionamiento de:
    - la conducta ética.
    - la disciplina mental.
    - la sabiduría.
    Estos son tres principios capitales del adiestramiento y la disciplina budistas.
    -Comprensión correcta –samyak drsti. Es decir, el conocimiento correcto; por ejemplo: la igualdad entre los seres vivientes (lo que incluye a los animales y los insectos), la doctrina del renacimiento, ley de causa y efecto, karma, impermanencia, etc.
    -Aspiración, intención, pensamiento correcto –samyak samkalpa. Aspiraciones sin motivos egoístas ni perjuicio al prójimo. Pensamientos de renunciación, sin egoísmo ni apegos; de amor y no-violencia.
    -Lenguaje o habla correcta –samyak vac. Abstenerse de mentir, chismear, calumniar, mantener conversaciones frívolas, etc. Hablar con la verdad, usar palabras amables.
    -Acción o conducta correcta –samyak karmanta. Respetar los cinco preceptos:
    –No matar ni dañar a ningún ser vivo; no ejercer violencia.
    –No tomar lo que no nos pertenece (no robar ni hurtar).
    –No mentir ni injuriar.
    –No abusar del sexo, no tener relaciones extramatrimoniales.
    –No ingerir sustancias tóxicas (sustancias que nos hagan perder la conciencia de nuestros actos; bebidas alcohólicas, cigarrillos, drogas, etc.).
    -Medio de vida correcto –samyak ajiva. Tener un oficio o profesión que no sea nocivo o perjudicial para otros seres vivos.
    -Esfuerzo correcto –samyak vyayama.
    – Impedir que surjan pensamientos impuros.
    – Alejar los pensamientos impuros que hayan surgido en la mente.
    – Alentar el surgimiento y desarrollo de pensamientos virtuosos.
    – Desarrollar y mejorar los buenos pensamientos ya surgidos.
    -Atención correcta –samyak samriti.
    –Atención al cuerpo como impuro (no significa descuidarlo).
    –Atención a las sensaciones y emociones como dolorosas.
    –Atención a las actividades de la mente como cambiantes.
    –Atención a los fenómenos como transitorios, sin naturaleza propia.
    -Concentración–meditación correcta –samyak samadhi. Tranquilización, rees-tructuración de la mente, fortalecimiento de la concentración voluntaria y desarrollo de la intuición o visión profunda.
    Ayoidad-insustancialidad –anatman. Todo está formado por dharmas, factores constitutivos de la existencia. Estos son insustanciales e impermanentes, no bien surgen a la existencia, desaparecen; permanentemente se transforman, sucediéndose unos a otros.
    No hay un yo, una individualidad permanente, existente en sí y por sí, que tenga un ser propio que a sí mismo le pertenezca y de sí mismo dependa.
    No somos entidades separadas de todas las demás, no nos encontramos ante un mundo exterior a nosotros. Nuestra mente separativa nos conduce a presuponer el dinamismo yo/no-yo.
    El ser o individuo es una combinación de cinco fuerzas o energías psicofísicas en constante cambio llamadas agregados (en sánscrito skandhas; kkandha, en pali; en chino: yin):
    1. De la materia (forma) –rupa skandha. (elemento material).
    2. De las sensaciones –vedana skandha. Experimentadas por medio de los sentidos, entre los que se incluye la mente como el sentido del pensamiento.
    3. De las percepciones –samjña skandha. Reconocimiento de las sensaciones (vista, tacto, oído, gusto, olfato).
    4. Del principio formativo –samskhara skandha. Tendencias o impulsos y formaciones mentales (actividades volitivas: emociones, codicia, pasión, aversión, prejuicios, hábitos del pensamiento).
    5. De la conciencia –vijñana skandha. Registra las sensaciones. Nota o registra la presencia de un objeto sin reconocerlo.
    Capacidad de juicio y discernimiento (Conciencia visual, auditiva, etc.), actividad mental.
    Interdependencia-generación condicionada: Todo es condicionado y condicionante. Todo está interrelacionado.
    Impermanencia –anitya. El mundo fluye sin cesar y es impermanente. Hay una serie de causas y efectos y nada es inmutable. Una cosa desaparece y condiciona el surgimiento de otra.
    Causa y efecto –karma. Cada acción produce un efecto, el que a su vez producirá otros efectos secundarios. Así, cada acción, cada pensamiento, producirá un diferente tipo de efecto, como si fueran semillas plantadas que, al encontrar en su momento los factores adecuados (tierra, sol, agua, etc.), germinarán como plantas y darán sus frutos de acuerdo a la acción que las produjo.
    Nuestros actos (karma) anteriores condicionan nuestro presente, y a su vez, nuestro presente condiciona nuestro futuro. Este momento, el momento presente, es en el que realmente vivimos, y desde él podemos transformar o aprovechar las causas plantadas en el pasado, y crear las condiciones adecuadas para el futuro. Somos responsables de lo que nos sucede.
    Producimos karma através de las tres puertas del karma:
    –cuerpo–mente–boca–
    Renacimiento o metempsicosis. Podríamos decir que la muerte es la culminación de la vida psicofísica de un individuo. El cuerpo físico se desintegra, pero la fuerza del karma fluye hacia otra forma de manifestación en alguno de los niveles de existencia. Así, la vida continuará fluyendo de una forma a otra, hasta que se logre cortar la fuerza de los tres venenos –la pasión, la ira y la ignorancia–, por medio de una vida armónica con las leyes de la naturaleza y el desarrollo de un conocimiento trascendente verdadero.
    6. Las seis vías de renacimiento o formas de existencia (gati) son:
    Devas, dioses o seres celestiales, asuras o seres iracundos, humanos, fantasmas hambrientos (preta) o espíritus famélicos, bestias y seres en los infiernos (naraka). Éstas constituyen el samsara, el ciclo de nacimientos y muertes sucesivos de un ser dentro de las diferentes formas de existencia, mientras no haya logrado su liberación del mismo y entrado al Nirvana.
    Seguimiento de los cinco preceptos. Creación de méritos a través de acciones meritorias como ser: colaboración desinteresada con aquellos que necesitan distintos tipos de ayuda, ya sea económica, a través de enseñanza, a través de acciones, etc. Servicio de ayuda en los monasterios: ayudando a limpiar y ordenar, colaborando económicamente, ayudando en lo que se necesite, colaborando en traducciones o revisiones de textos, etc. Lectura de Sutras, realización de reverencias, realización de reverencias con repetición de oraciones de arrepentimiento, meditación diaria, atención plena a cada acto que realizamos, asistencia a conferencias de exposición del Dharma (doctrina), etc. Repetición de nombres de Budas y/o Bodhisattvas (nien-fo). Ofrecimiento de inciensos, flores o comida a los seres santos y sabios.
    "Si desea conocer plenamente a los Budas de los tres períodos de tiempo, sólo tiene que observar la naturaleza de este mundo del dharma (de los fenómenos): todo es creación de la mente".
    Todo tiene su origen en la mente y por lo tanto depende de ella. El mundo en el que vivimos está creado por la mente; ésta da forma a nuestra realidad.
    Con una actitud tranquila y equilibrada, en cualquier situación estaremos contentos y haremos de éste un hermoso mundo. En cambio, con una actitud contraria a ésta, podemos hacer que este mundo parezca un infierno. Para lograr una actitud tranquila y equilibrada debemos cultivar una conducta moral adecuada, practicar meditación, concentración, y desarrollar la sabiduría.
    Al cambiar la forma en que vemos el mundo, éste se muestra de una manera diferente.
    Normalmente, la gente busca la felicidad en los estímulos externos: las fiestas, el dinero, el sexo, la ropa, las comidas, etc. Esto hace que la mente esté en un estado eufórico que no es realmente la felicidad verdadera. Así dependemos directamente de lo externo.
    Estamos llenos de deseos, los cuales, una vez satisfechos, siguen generando nuevos deseos, y permanecemos así en un estado constante de insatisfacción. No sabemos distinguir lo que necesitamos de lo que queremos. Para lograrlo debemos controlar nuestros deseos y transmutar nuestra ignorancia con los conocimientos verdaderos.
    El Budismo nos enseña a ver las cosas tal como son y a través de la puesta en práctica de una enseñanza correcta, por medio del esfuerzo personal, nos permite acceder a la posibilidad de corregir nuestros malos hábitos y ampliar nuestro conocimiento, desarrollando la sabiduría trascendente. Ésta a su vez nos permitirá cruzar el océano de la existencia hasta la otra orilla, la de la Iluminación, de la Liberación, logrando así el Nirvana, la extinción de todo sufrimiento.
    Con la puesta en práctica de esta forma de vida, se logra la armonía en la familia; con la armonía en la familia, se logra la armonía en la sociedad; luego se puede lograr que el país sea próspero y armonioso, y así, la esperanza de la tan ansiada paz mundial, podrá estar más cerca de su logro de lo que imaginamos.
    Este material puede ser copiado para uso personal y brindado a otros en forma gratuita. Está prohibida su distribución sin las referencias aquí expuestas sobre su origen y autoría, o la colocación del nombre de alguna institución, así como también pedir retribución a cambio, salvo el costo de las copias.―
    Los términos budistas utilizados son términos sánscritos, y Buddha es utilizado en forma castellanizada como: Buda.Fuentes de consulta:
    Lo que el Buddha enseñó. De Walpola Rahula Editorial Kier
    Publicaciones de Carmen Dragonetti y Fernando Tola.
    Principios esenciales del Budismo Maestro Hsuan Hua
    Diccionario de la Sabiduría Oriental Ediciones Paidós
     

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