SEGÓBRIGA

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jueves, 16 de mayo de 2013

CIUDAD ROMANA DE MERIDA

EMERITA AVGVSTA







La ciudad romana de Mérida


Templo de Diana (Mérida, Badajoz)
Época: Arte Antiguo de España
Inicio: Año 25 A. C.
Fin: Año 150

Siguientes:
Esplendor de Emerita en la época flavia
(C) José María Alvarez


Comentario
Varios son los autores que han defendido la existencia de un asentamiento, de escasa entidad, en el solar que más tarde sería ocupado por la colonia Augusta Emerita. La verdad es que hasta el momento nada hay lo suficiente ilustrativo que nos permita afirmarlo categóricamente, aunque tal posibilidad podría ser cierta.
Dejando al margen ciertos hallazgos producidos en las inmediaciones de la ciudad, o dentro de su casco urbano, la topografía de Mérida, sobre todo los que ofrece la zona correspondiente al denominado Cerro del Calvario, podría explicar un pequeño núcleo de población, aislado por dos barreras o baluartes naturales constituidos por los ríos Guadiana y Albarregas. Esta posibilidad se vería reforzada si se considera el carácter vadeable del Anas a su paso por Mérida, lo que hubo de proporcionar una inmejorable posición estratégica a la población de ese presumible castellum, que ejercería el papel de control y vigía del río.
Y allí, en aquellas tierras, en medio de túrdulos, vettones y lusitanos, gentes poco permeables a la romanización, sobre todo estos últimos, se fueron estableciendo, paulatinamente, unos enclaves, los propugnacula imperii: Metellinum, Castra Caecilia, Norba Caesarina, que culminan en el año 25 a. C. con la fundación de Emerita.
Las razones de tal fundación fueron varias. La principal era que la naciente colonia se convertía en enclave estratégico en medio de tierras difíciles. Su valor estratégico venía marcado por el paso del Guadiana en lugar favorable, sobre el que se apeó un puente que ponía en comunicación las tierras de la Bética con las del noroeste peninsular, tan vitales para el erario público romano
La nueva colonia, que heredó el papel que desempeñó Metellinum en un principio, se convertía en epicentro de la política romana a raíz de las nuevas conquistas. Además, Emerita, con su extenso territorio, venía prácticamente a dar la mano a las otras dos provincias, Tarraconense y Bética, a las que la unían viejos caminos naturales que
Augusto convertiría en firmes calzadas. La colonia se configuró así como un importante nudo de comunicaciones y como encrucijada de caminos del Occidente peninsular.
Será la futura capital de Lusitania, capitalidad que pudo asumir, al crearse esta nueva provincia, quizá en los años 16-15 a. C., una población de carácter semi-militar, poblada de veteranos, los deducidos de las legiones V y X que habían combatido a los cántabros, dispuestos a defender lo suyo con denuedo, con el constante apoyo de la administración, que es quien proporciona desde el principio el capital necesario para construir la ciudad y para poner en marcha la explotación de los extensos campos centuriados que se adscribieron a la nueva fundación.
Si las razones de tipo político, militar, social y administrativo son evidentes, también lo son las de carácter topográfico a la hora de analizar el emplazamiento de la colonia. Era la zona de Mérida el único punto en muchos kilómetros donde era posible vadear el Anas con poca dificultad. Si a ello unimos la existencia de una isla en medio del cauce, no nos es difícil explicar su gran valor estratégico. Fue la clásica ciudad-puente, como lo fue Roma con su Isla Tiberina, o Lutetia (París), Toulouse, Vienne, etc. La isla del cauce del Guadiana, por tanto, así como la poca profundidad de sus aguas, que hacen franco el paso del río por este lugar, fue la razón de mayor peso en el momento de considerar su ubicación.
A lo largo del siglo I d. C., la ciudad, a la que se dotó de un extenso territorio, de casi 20.000 kilómetros cuadrados, fue cobrando cierta importancia: se construyeron nuevas áreas y se desarrollaron otras que vinieron a completar la estructura del asentamiento colonial dentro de un perímetro definido desde el principio. A ella acudieron gentes procedentes de diversos lugares de Lusitania, de otras provincias hispanas y de diversas zonas del Mediterráneo: Galia, Italia y el área grecoparlante fundamentalmente. No obstante, hay que decir que esta colonia, ciudad de servicios sobre todo, no alcanzó un grado de importancia comparable a
Tarraco en los primeros siglos, como demuestra el hecho de que los gobernadores aquí destacados fueran personajes de segunda fila dentro del contexto de la política romana. Pero, con todo y con eso, su atractivo era suficientemente considerable como para atraer a esos numerosos contingentes de población que pudieron establecerse sin problemas en su extenso territorio y en sucesivas fases que llegan, en su primera etapa, por lo menos, hasta el imperio de Nerón, como se encarga de precisarnos un pasaje de Tácito.
ImágenesTeatro romano (Mérida, Badajoz)
 
 
Ciudad de Emerita Augusta, en Mérida, Badajoz.

Plano de Emerita Augusta sobre el actual, donde aparecen los restos más importantes.
Plano de Emerita Augusta sobre el actual,
donde aparecen los restos más importantes.
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La ciudad romana fue fundada en el año 25 a.C. -Emperador Augusto- por el Legado "Publio Carisio", para que sirviese de retiro a los veteranos de las "V Alaudae" y "X Gémina" legiones que habían luchado en las guerras cántabras.

A pesar de estar situada en una zona poco romanizada y rodeada de tribus: Vettones, Túrdulos, y Lusitanos, pronto empezó a ser un foco importantísimo de la región con casi 50.000 habitantes. Su ubicación era perfecta: al estilo de las "ciudades-puente" romanas -Córdoba, Toluse- se situó al margen del río Guadiana y en la confluencia de importantes vías de comunicación. Las colinas que la circundan no solo la protegen, si no que son el sitio perfecto para la construcción de grandes edificios públicos -Teatro y Anfiteatro-. Cerca existían manantiales de agua, materias primas de construcción, tierras productivas, bosques... Todo esto unido a que la planimetría de la ciudad era perfecta, con calles perpendiculares en toda la extensión de la ciudad, contribuyó a que Emerita Augusta se convirtiese en una de las ciudades romanas más importantes.
Estatua del Teatro
Estatua del Teatro


Su crecimiento fue importantísimo, pasando pronto, a ser la capital de la Lusitania, una de las tres provincias en que se dividía a la Hispania Romana. En el año 15 a.C., Marco Agripa dona el Teatro como legado a la fundación de esta provincia y de su capital, acometiendo, además, otras grandes obras de acondicionamiento. Para entonces ya se había construido la murralla y planificado urbanamente la ciudad con su Kardo maximus, Decumenus y con el Foro Municipal en el se ubican los templos de culto Imperial: de Diana y de Marte.

Solo siete años más tarde se termina em Anfiteatro, edificado junto al Teatro, aunque sus sucesivas modificaciones alargan sus obras hasta el S.I. También se construyen en esta época el circo, los puentes sobre los ríos Barraeca y Anas, las cloacas, los acueductos, etc.

Hacia el año 50 se crea el nuevo Foro Provincial, recinto porticado al que se accedía por el “Arco de Trajano”. En este siglo se acometen varias obras de acondicionamiento y comunicación en el Teatro y en el Anfiteatro.
Arco de Trajano
El llamado Arco de Trajano
La influencia de los emperadores de Italica, Trajano y Adriano, hizo que la ciudad prosperase en todos los aspectos, social, económica y culturalmente. Las construciones de las vivendas de la alta sociedad -Domus- se realizan con materiales lujosos. Son de destacar las domus de la "Alcazaba” y del “Mitreo".

Históricamente es de relatar el martirio de Eulalia dentro de las persecuciones cristianas del fin del siglo III y comienzos de IV. En esta época se remodelan o construyen nuevas domus como la Casa de los mármoles o las Casa del Teatro.

Más tarde, las reformas de Diocleciano confieren a Emerita Augusta la categoría de metrópoli como centro de comunicaciones y residencia de autoridades. Las persecuciones romanas a los cristianos cesan en el año 313 tras el edicto de Milán, redactado con participación de eminentes cristianos emeritenses.

Actualmente la ciudad nos ofrece una numerosa serie de importantísimos restos:
  • La muralla. Edificada en tiempos de Augusto, fué ampliada más tarde para incluir en su interior al teatro y al anfiteatro. Nos quedan los restos de 5 puertas y de 7 torres. Su estructura, la habitual de las murallas romanas, consiste en dos muros de "opus incertum" o de opus quadratum, según la zona, con un relleno de piedras y tierra mezcladas con cal.

  • El Teatro. Uno de los teatros romanos mejor conservados de la península. FICHA BÁSICA

  • El Anfiteatro. Situado muy cerca del teatro tiene de dimensiones considerables. FICHA BÁSICA

  • El Circo. Importantes restos en un estado de conservación muy aceptable para este tipo de construcción. FICHA BÁSICA

  • Foro Municipal:
    Hipotética planta del Templo basilical del Foro Provincial
    Hipotética planta del
    Templo del Foro Provincial.
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  • Foro Provincial:
    • Arco de Trajano. Posiblemente la entrada principal de este foro provincial, dedicado como el foro municipal, al culto imperial. Su nombre es totalmente arbitrario ya que no se sabe con certeza su época de construcción. De fábrica de sillares de granito recubiertos de mármol. Mide 5,70 m. de ancho, 8,60 m. de amplitud -luz del arco- y 13,8 m. de altura.
    • Templo basilical. Los restos del que fuese un gran edificio de función desconocida. Podemos describir un podium de 3,10 m. de altura, 8 m. de anchura y 15 m. de longitud. El estado en que se encuentra es deficiente -parte de la ciementación- ya que se edificaron numerosas viviendas sobre él.


  • Las Termas.
    Termas de Alange
    Piscina de las ermas de Alange
    En la ciudad se han localizado conjuntos termales tanto públicas -thermae- como privadas -balneum-. Se empezaron a construir en el S.I a.C. y continuaron mejorandose y creandose nuavas hasta el S. IV. En la calle Baños se encuentran unos restos de termas públicas. Otros conjuntos tienen la particularidad de estar duplicados, un ala para hombres y otra para mujeres.

    • Termas de Alange. Situadas a 18 Km. de la ciudad se encuentra este importante conjunto termal, al que acudían numerosos miembros de la alta sociedad romana de Mérida. La planta de estas termas es rectangular, de 33 m. por 16 m. de lado. Interiormente se compone de dos cámaras circulares, muy parecidas, de 11 m. de diámetro y más de 13 m. de altura, coronadas por una cúpula con "oculus", apertura superior de ventilación e iluminación. En su centro se ubica la piscina con gradas perimetrales de acceso y asiento. Su estado de conservación es excepcional y continuan en uso.


  • Viviendas:
Planta Domus del Teatro
Planta de la Domus del Teatro.
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    • Domus de la Alcazaba. Tipo de casa con un peristilum -patio porticado- como eje de distibución de las estancias. Es de resaltar un triclinium pavimentado con "opus sectile" enfrentado con una exedra situada en un gran estanque del patio. Su datación es confusa, -probablemente del S.I- ya que se modificaría en muchas ocasiones, siendo de las últimas, en sl S.IV la mayoría los restos recuperados.
    • Domus de la Huerta de Otero. Otra típica casa romana con peristilum a dos niveles como elemento de distribución. Además de este patio nos quedan restos de los pasillos con mosaicos y paredes con pinturas. Tenía una gran zona termal privada distribuida en dos pisos.
    • Domus del Teatro. De época más tardía, esta domus se localiza detrás de la escena del Teatro, al oeste del gran jardín porticado posterior al mismo. Alrededor de un patio -peristilum- se abren las habitaciones, dos de ellas, con ábside -stibadeion-. La mayor de estas estancias tiene pinturas murales, lo que confundió -además del ábside- a los investigadores en un principio, ya que se la consideraron una basílica, deducción actualmente desechada.
    • Domus de los Mármoles. Una gran vivienda de época tardoromana, situada directamente e la muralla, ya que una de sus fachadas esta incluida en ella. En sus otros laterales linda con el Kardo maximus y con una de las puertas. Se distribuía mediante un gran patio -peristilum-, solado de pizarra y mármol blanco, con un pasillo perimetral al que comunicaban las habitaciones, algunas de ellas con abside. También se observan restos de termas.


  • Acueductos:
    • Acueducto de San Lázaro. FICHA BÁSICA
    • Acueducto de Los Milagros. FICHA BÁSICA
    • Presa de Cornalvo y acueducto de Aqua Augusta. La presa se contruyó en tiempos de Augusto con una estructura central de hormigón revestida de sillarejos escalonados de granito. Toda la construcción venía reforzada en el exterior por una gran pendiente de tierra a modo de contrafuerte -espaldón-. El dique medía unos 220 m. de longitud, 18 m. de altura y 3,50 m. de anchura superior. El acueducto que conduce el agua hasta la ciudad -16 Km.- era un tunel de manpostería con boveda de cañon, que se convertía en un canal sobre arcos para salvar las depresiones.


  • Puentes:
    • Puente sobre el Guadiana. FICHA BÁSICA
    • Puente sobre el Albarregas. Realizado en la misma época que el del Guadiana, este pequeño puente mide 145 metros de longitud y unos 7,00 m. de ancho. Situado en la Vía de la plata, es la continuación del Kardo Maximus de la ciudad y en las proximidades del acueducto de los milagros. Posee cuatro arcos de medio punto -de 5,30 m. de luz- y dos vanos adintelados de desagüe en un lateral. Destacaremos el aspecto macizo de toda la construcción, es especial de las pilas, que carecen de tajamares. También es de resaltar la posición oblicua sobre el cauce del río, lo que implica una mayor fuerza sobre las pilas. Esto puede ser debido a el escaso caudal, o la variación natural del su curso.
      Puente sobre el Albarregas
      Puente sobre el Albarregas
      Puente Alcantarilla
      Puente Alcantarilla
    • Puente Alcantarilla. Un pequeño puente de un ojo, de solo 7 m. de longitud y 4,30 m. de anchura. De fábrica de opus caementicium -hormigóm- y recubieto de de opus mixtum: ladrillo y piedra.


    >Dique bajo el muro de la Alcazaba
    Dique bajo el muro de la Alcazaba
  • Otras obras de ingeniería:

    • Alcantarillado. Toda gran ciudad romana estaba provista de una red de cloacas eficiente para desaguar tanto las aguas sucias como la de lluvia. Habitualmente se trazaba debajo de la red de calles y en Mérida constaba de 13 cloacas que desembocaban en el Guadiana y una, en el río Albarregas.
    • El dique de contención del Guadiana. Se construyeropn una serie de defensas de contención para evitar la inundación de algunos barrios en las crecidas del río. De fábrica de hormigón revestido de sillares almohadillados similares a los del puente. Parte de la alcazaba árabe se construyó encima de estas defensas, siendo precisamente este, el tramo mejor conservado

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